Viernes 22 de julio del 2011
Aún los mitos y las leyendas pueden falsear la historia.
El 90 cumpleaños de Alicia Alonso ya lleva unos cuantos meses celebrándose. Todavía falta el ágape que le será ofrecido en el Bolshoi de Moscú, en los primeros días del próximo mes de agosto.
Hace unas pocas semanas, con motivo de la temporada que el Ballet Nacional de Cuba (BNC) ofrecería en algunas ciudades de EE.UU., la presencia de la prima ballerina assoluta (cómo le gusta a Alicia ser llamada), fue aprovechada por Ismael Cala, joven reportero cubano del CNN en español, quien le hizo una larga entrevista para la famosa cadena de televisión. Cala dividió la charla en dos programas de una hora de duración cada uno, y en ellos la bailarina repetiría la historia de su vida, y cómo su compañía de ballet, con la ayuda de la revolución marxista-leninista de Cuba, ha enseñado a sus coterráneos lo que es cultura, a partir de 1959.
No es fácil perdonarle a Alicia los cambios u omisiones caprichosas que le da a la verdadera historia, por lo que sucumbo a la tentación de recordarle que fue en la escuela de ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana, que existió desde 1931 hasta 1967, donde ella y los otros dos Alonso, Fernando y Alberto, dieron los primeros pasos en la profesión que ha dominado su vida por entero.
No creo que ya existan muchos de los que tuvimos la oportunidad y el enorme honor de asistir a funciones de concertistas como Rachmaninoff o Prokofieff, Heifetz o Stern, Horowitz o Rubinstein, cantantes como Victoria de los Angeles o Renata Tebaldi, compañías de ballet como el Ballet Russe de Montecarlo, Martha Graham, Ballet Theatre (ahora American), y Original Ballet Russe, todos bajo contrato con Pro-Arte Musical, para ser presentados a sus asociados. Esto sucedió desde la fundación de la entidad en La Habana, en 1918, hasta que fue aplastada en 1967, por el llamada gobierno revolucionario del dictador Castro.
No dudo que muchos lectores de estas páginas, desconozcan la real historia de cómo y por qué nació el Ballet Alicia Alonso (BAA) en 1948. Según el libro titulado “American Ballet Theatre”, original de Charles Payne, publicado en Nueva York, en 1978, por Alfred A. Knopf, la compañía estadounidense sufriría en conflicto que pudiéramos llamar laboral, cuando en el verano de ese año, Alicia se negó a firmar contrato para el siguiente año, si su nombre no antecedía en los anuncios y programas al de Nora Kaye, que siempre había aparecido antes del de ella. Por su parte, Kaye insistió en mantener el puesto en que siempre había aparecido, y el problema aumentó cuando varios bailarines se sumaron a la disputa; esto daría pie a que sucediera lo inesperado: Lucia Chase, directora artística de la compañía, al no tener ningún contrato firmado, a excepción del de John Kriza, decidió suspender las operaciones de la compañía para la próxima temporada. Según palabras de Payne en su libro, “eso fue lo mejor que pudo sucederle al ballet en Cuba… para el presente y para su futuro” (pag 163-165).
Pronto Alicia y Fernando se encontraron sin trabajo inmediato, y como hacían cada verano, decidieron marchar a su patria, trayendo con ellos una docena de bailarines del BT que tampoco tenían trabajo asegurado de inmediato. Una vez en la capital cubana, Pro-Arte, como siempre, tendió su mano y resolvió el dilema, presentando una función de ballet a sus asociados, que llevaría el título “Estrellas de Ballet”, con el grupo que capitaneaban los Alonso. La semilla quedaría plantada, y contando con la ayuda incondicional de Pro-Arte, que además, les cedió el vestuario, decorados, partituras musicales y el uso de los salones de su escuela de ballet para los ensayos, el BAA hizo su debut en octubre 28 de 1948, con una función en el teatro Auditorium (magnífico teatro de Pro-Arte, construido como su sede de conciertos en 1928). El texto al final del programa inaugural del BAA muestra a Fernando Alonso como director, y a Alberto Alonso como director artístico y coreógrafo, además de Max Goberman como director de orquesta. Los nombres de Alicia e Igor Youskevitch, solo aparecen como bailarines principales.
El periodista Cala, bien preparado en su trabajo, llevaba varias preguntas en el bolsillo que Alicia unas veces optó por darles “la vuelta”, como experta discutidora política que es, mientras otras decidió ignorarlas. Me refiero a su negativa de hablar de política…. Es motivo de risa pensar que es posible pasar por alto el tema, si se trata de los Alonso, y del ballet cubano.
Es necesario explicar aquí ahora, para beneficio de aquellos que aún lo ignoran, que en mayo 14 de 1960, el primer Comité en Defensa de la Revolución (Comité de Barrio que espía en los vecinos) fue constituido en el estudio del Ballet Nacional, situado en aquel entonces en la calle Once No. 156. en el Vedado. Las firmas de Fernando y Alicia Alonso aparecen en el acta, dando fe del hecho (Órbita del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera, 1948-1978).
Cuando el Ballet Theatre reanudó sus actividades, en 1949, Alicia no tardó en unirse a la compañía de nuevo, no así Fernando, para quien desde entonces su labor se centraría en mantener la compañía cubana caminando hacia adelante y crear buenos bailarines.
La Academia anexa al BAA nacería en septiembre de 1950, a instancias de Fernando, quien se situó al frente de ella. Alicia continuaba muy ocupada en el extranjero, cumpliendo sus obligaciones contractuales. A partir de 1952, el BAA gozaría de una subvención monetaria otorgada por el gobierno de turno, a través de su Dirección de Cultura. En el año 1955, según publica la revista “Germinal”, la subvención ascendía a un aproximado de $40,000 anuales.
Puedo recordar también, perfectamente, si bien no he encontrado datos en el periódico que atestiguen mis recuerdos y la fecha del suceso, cuando Alicia, invitada especialmente por el presidente Batista, se presentó en el Salón de los Espejos del Palacio Presidencial, para bailar “La Muerte del Cisne” de Saint-Saëns-Fokine, con el acompañamiento de la orquesta que dirigía el maestro Enrique González Mantici.
¿Por qué recuerdo tan vivamente este suceso? Es muy fácil de explicar: Ernestina, la madre de Alicia, detestaba a Batista desde que sucediera el tristemente célebre “cuartelazo del cuatro de septiembre” (1934), cuando militares del ejército del presidente Machado (entre estos estaba Antoñico, el padre de Alicia, veterinario del antiguo ejército), tuvieron que refugiarse en el Hotel Nacional, por estar en contra del tal “cuartelazo”, y de esa manera evitar una muerte segura. Aún rcuerdo los gritos de Ernestina, en la oficina de Pro-Arte, cuando me decía que “no comprendía cómo su hija podía bailar esa noche en Palacio, aceptando la invitación de Batista, a quien ella acusaba de haber intentado asesinar a su padre, años atrás”.
De las demás aseveraciones de Alicia, sobre la aptitud de Fernando como profesor, dejo la pregunta en el aire para ser contestada por algunos de sus alumnos que aprendieron los secretos de la danza clásica en sus clases. Respecto a las otras “verdades” que ha dicho la assoluta sobre si Fernando se marchó voluntariamente a Camagüey cuando finalizó el matrimonio de ambos, o fue una orden perentoria de una autoridad superior lo que obligaría a su ex a “exiliarse” lejos del ambiente capitalino, confío que alguien pueda aclarar este importante pormenor. Lamentablemente, ya han transcurrido dos generaciones, y los que nacieron o crecieron bajo la dictadura castrista, parecen estar “programados”….. La gota de agua diaria sirve para abrir huecos.
Alicia asegura que vivirá 200 años, y estoy por creerlo. Castro y Alicia se reflejan el uno en el otro… son almas gemelas que solo piensan en ellos. No abrazan ninguna doctrina, como no sea su propia preservación y engrandecimiento. Castro ha destruido al país con su Fidelismo, mientras Alicia destruye la compañía con su Alicismo. Esos profesores anónimos que nadie conoce fuera de Cuba, pueden crear buenos bailarines constantemente, pero los pierden en poco tiempo, y la historia continúa y continuará repitiéndose. ¿Nombres de sus sucesores, preguntaría Cala? Alicia no mencionó uno solo…. A pesar de su respetuosa insistencia, el joven periodista se quedó con las deseos de enterarse, para que el mundo lo supiera.
El tema de Cuba es siempre controversial, pero no obstante, es fascinante, ya sea político o artístico. Ismael Cala ha dejado la puerta abierta para más conversaciones. Siempre que sirvan para aclarar falsedades, bienvenidas sean.
Fuente: http://www.danzaballet.com/alicia-alonso-en-la-cnn-en-espanol/
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